“Solera Flamenca”
P
R E S E N T A
NAVIDAD
FLAMENCA 2012
Por quinto año consecutivo, Marisol Moreno
y Raúl Salcedo quienes encabezan el proyecto de la Academia de Danza Española y
Flamenco “Solera Flamenca”, presentan la puesta en escena “Navidad Flamenca”
edición 2012, un espectáculo de danza y colorido con la celebración tradicional
de la fiesta navideña a la usanza andaluza, con su tradicional expression
flamenca. La cita es en el Patio Central de la Casa de la Cultura de Cancún el
sábado 15 de diciembre del presente año en punto de l as 19:00 hrs., la cuota
de recuperación es de $100 pesos con un descuento del 50% para estudiantes con
credencial vigente y personas mayors del INSEN, les esperamos.
SEMBLANZA
Este peculiar festejo está en auge. La Consejería
de Cultura ha iniciado los trámites para declarar Bien de Interés Cultural
(BIC) esta tradición cuyo origen se remonta al siglo XVIII.
Surge en los
patios de vecinos de los barrios flamencos de Santiago y San Miguel. En las
viviendas jerezanas de entonces había poca intimidad y mucho contacto. En una
misma casa vivían cinco o seis familias. Compartían inodoro, dos pilas para
lavar y una cocina con un par de grandes fogones. Celebraban la Navidad en el
lugar más espacioso del inmueble: el corral.
Juntos
preparaban pestiños y cocinaban ajo o una berza que acompañaban de notables
cantidades de anís o brandy, algo de licor para soportar el frío de una noche
de invierno a cielo raso. Incluso a los niños se les daba a beber las conocidas
palomitas, que no eran más que un líquido espumoso blanco que resulta de
mezclar y agitar un poco de anís con agua.
En el centro
del patio, para caldear la noche, se colocaba una hoguera en un cubo de metal.
Las familias rodeaban el fuego, siempre en círculo. Y la zambomba, el
instrumento que da nombre a esta fiesta, era tocada sólo por unos pocos.
Fabricarla era
una labor artesana. Se seleccionaba un trozo de tela de muselina, o bien una
piel de conejo, a la que se le amarraba en el centro un carrizo por su raíz. La
tela se extendía sobre la boca de una tinaja, a modo de tapadera, y se amarraba
bien tensa. Así el palo queda en medio del parche, en vertical. Ya sólo restaba
poner agua en un recipiente para mojarse las manos antes de pasarlas, al compás,
arriba y abajo, asiendo el carrizo. Con el primer runrún de la zambomba, la
fiesta había comenzado. Las familias jerezanas cruzaban la madrugada con cante
y baile de villancicos tradicionales, siempre aflamencados, que solían acabar
por bulerías.
De esas citas de entonces queda la
esencia. Ahora son colectivas. Se organizan en asociaciones de vecinos, en
peñas, en hermandades, en bares, en plazas o en la calle. Se mantiene la
hoguera, la disposición de los asistentes en grandes círculos, la zambomba, así
como el cante y baile de los villancicos de la zona, desde los clásicos hasta
los satíricos y burlescos. Las zambombas de Jerez son de libre acceso y muy
participativas. No hay reglas. Se arranca un cante tras otro, sin un orden
prefijado.
Con el paso de
los años esta fiesta también se ha profesionalizado y exportado. La mayoría de
los cantaores afirman que Parrilla de Jerez fue el primero que la llevó fuera
de la ciudad. Los demás siguieron sus pasos.